jueves, 24 de octubre de 2013

La dichosa dermatitis atópica


No es casual que este post sea sobre la dermatitis atópica, ya que ha coincidido que en poco tiempo hayamos visto varios casos de bebes/niños con empeoramiento del cuadro. Actualmente se estima que un 10% de la población sufre la enfermedad, de los cuales más del 90% son diagnosticados antes de los dos primeros años de vida.
En realidad la dermatitis atópica es la manifestación cutánea de un proceso que llamamos atopía, que no es más que una reacción inmunológica, en respuesta a diferentes estímulos. Engloba tres procesos patológicos que se conocen como tríada atópica: rinoconjuntivitis, asma y dermatitis atópica.
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria cutánea crónica que se caracteriza por:

  • Picor intenso (común en todos los pacientes)
  • Sequedad cutánea (Xerosis)
  • Eritema o enrojecimiento
  • Exudación
  • Descamación
  • Excoriaciones (signos de rascado)

La evolución de la enfermedad es crónica con brotes intermitentes desencadenados por diversas causas. Y ¿Cuáles son? 

  • Predisposición genética: un porcentaje muy elevado de atópicos tienen antecedentes familiares de la enfermedad.
  • Alteraciones inmunológicas: el sistema inmunológico es algo muy complejo y nuestro objetivo no es dar una clase magistral sobre complemento, interleucinas e inmunoglobulinas; pero diremos que hay una respuesta excesiva o alterada de nuestro sistema inmune ante diversos desencadenantes. Es decir nuestro sistema de defensa, en este caso, es el que nos provoca parte del "daño".
  • Alteraciones vasculares: los individuos con atopía tienen una predisposición a la vasoconstricción periférica. Además suelen ser pálidos, tienen los dedos fríos y presentan una hipersensibilidad a las bajas temperaturas. De ahí que en invierno sean más comunes los brotes.
  • Alteraciones de la barrera cutánea: La piel necesita ácidos  grasos esenciales para su correcta funcionalidad. Pues bien, los individuos con dermatitis atópica presentan una disminución de esos ácidos grasos. Además suelen tener alteraciones de la filagrina, una proteína esencial para que la piel pueda ejercer su función de barrera cutánea. En resumen, digamos que esa alteración de los lípidos y proteínas estructurales, hace que la piel no ejerza esa función barrera, pierda agua, se deshidrate y se seque.
Uno de los síntomas que aparece siempre en la dermatitis atópica es el picor (de hecho, si no pica debemos sospechar que no sea DA). Como consecuencia de ese picor aparecen signos de rascado (excoriaciones), pequeñas heridas que pueden sobreinfectarse.

En cuanto al tratamiento, deciros que hay diversos escalones en función de la gravedad de los síntomas. Como ya hemos mencionado es una enfermedad que cursa con brotes, por lo tanto en los periodos libres de síntomas los atópicos deberían seguir una serie de medidas higienico-dietéticas de las que hablaremos la semana que viene. Sin embargo, en épocas de brote, será el médico quien nos prescriba un tratamiento adecuado en cada caso. Hay diferentes alternativas en función de la gravedad de los síntomas:

  • Tratamientos tópicos: Corticoides, antibióticos, inmunomoduladores, fototerapia...
  • Tratamientos sistémicos: inmunoterapia, antihistamínicos...

Los individuos con dermatitis atópica deben aprender a convivir con su enfermedad, y no deben descuidar nunca el cuidado y la hidratación de la piel con productos adecuados. Como este tema da para mucho, colgaremos otro post la semana que viene. Como consejo deciros que no todas las cremas en las que aparezca la palabra "atopic" sirven (habréis visto mucho), ante la duda consultad con vuestro médico o farmacéutico.



Son consejos de M70farMA.



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